Este pan esconde en su interior nuestra senyera, con sabores contrastados como son la sobrasada y el queso con un punto de rica nuez.
Aquí os muestro mi versión, con estos mini panecillos.
Ingredientes:
Para la masa base
250g de harina.
5g de sal.
25ml de agua.
25g de levadura fresca.
Pastaremos estos ingredientes juntos hasta que nos quede una masa compacta y fina (si tenemos robot de cocina o amasadora mucho mejor).
Para añadir a la masa
80g de queso rallado.
50g de sobrasada.
30g de nuez molida.
Colorante alimentario amarillo (en polvo).
Semillas de sésamo.
En primer lugar haremos una masa base con la receta que os he puesto.
Dividiremos la masa en tres porciones, dos de 130g y una de 150g.
A la parte de 150g le añadiremos los 80g de queso rallado y un poco de colorante amarillo.
Nos quedará con este aspecto.
Cuando tengamos las tres clases mezcladas las dejamos reposar diez minutos.
Empezaremos estirando la masa de nuez, que es la base que lo envolverá todo, dándole una forma rectangular.
Seguidamente estiraremos la masa de queso cortando cinco tiras.
Y después la de sobrasada cortada en cuatro.
Ahora empezando por el amarillo, iremos colocando una tira de cada gusto hasta poner las nueve.
Nos ayudaremos de un pincel y agua para ir pegando la masa.
Ahora ya podemos enrollar con la parte exterior y pegar los extremos con agua.
Una vez enrollado lo meteremos un rato en la nevera para que adquiera consistencia y lo podamos cortar en rebanadas.
Las colocaremos en una bandeja de horno con papel o silicona para que no se nos pegue.
Lo dejaremos fermentar al menos dos horas (casi duplica su tamaño).
Ahora ya podemos hornear a 210ºC unos quince o veinte minutos según horno.
Espero que os gusten.
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